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Capítulo 22.

Jungkook se apresuró postrándose a su lado, pasando su brazo sobre sus hombros, besó sus cabellos y le acarició la espalda.

—Jimin, amor, ven aquí cariño —Jungkook lo abrazó besando su mejilla.

—Mi Jae, Jungkook... —sollozó.

El alfa lo tomó nuevamente, Jimin buscaba ocultarse en su cuello para calmarse con su olor.

—Tranquilo amor —pasó un rato diciéndole lindas palabras, intentando calmarle.

Jungkook divisó a Yoongi junto a Hoseok acercarse, su corazón empezó a latir fuertemente, sentía la frustración del omega como si fuera de él mismo.

—Jimin... —llamó su atención.

El omega no salió de su escondite, permaneció abrazado a su alfa como si su vida dependiera de ello.

Necesitaba tanto estar con Jungkook, si no le hubiera sostenido de esa forma no sabría cómo habría terminado. Pasó un rato siendo consolado, no dejando de llorar en ningún momento.

Se dejó mecer y proteger por Jungkook.

El viento y el ambiente gris le hacían suspirar, por momentos sentía que las fuerzas se iban y solo quería cerrar los ojos y dormir durante horas.

Pero todo eso cambió...

De un momento a otro sus sentidos e instinto se pusieron alerta cuando escuchó unos pequeños pasitos sobre la hierba.

Jimin se dio rápidamente la vuelta con ojos rojos y el sentimiento atorado en el alma, esto era un sueño, solo podía ser un sueño, se lo habían dicho, pero no podía ser posible. ¿O sí?

Finalmente, una lágrima escapó de sus ojos rodando por sus mejillas, colocó una mano sobre su corazón para intentar calmarlo, su pecho palpitaba y en sus oídos estaba este raro zumbido. Su omega estaba estático.

Todo se detuvo a su alrededor, el tiempo paró porque la ausencia del que llamó su alegría dejó vacío todo su mundo.

Caminó trastabillante, sin creer lo que sus ojos veían, continuó dejando salir el llanto y corrió por toda la vereda con el ramo en manos.

Era como llegar a casa después de haberse perdido durante mucho tiempo...

Sumergirse entre olores conocidos, como si el aire regresara a su pecho.

Volver después de todos sus sueños perdidos buscando preguntas en respuestas repetidas, su corazón era cálido, donde la costumbre de ambos se hizo a pulso de pequeños encuentros deseando una vida de felicidad.

Sus piernas se sentían pesadas, por más que quería tener fuerza para correr y llegar, la debilidad y el dolor que había sido impuesto le venció dejando caer su cuerpo sobre el pasto silvestre.

Cerró los ojos ante el sonido de una risa emocionada que llegó como una caricia, curando las heridas que aún no sanaban dentro de su alma.

El llanto no dejó pronunciarle palabra alguna y se deshizo en sentimiento.

Porque la vida le había orillado a querer huir, pero toda huida conlleva un regreso.

Y cuando huyes porque no te quedan o no te dejan más opciones, solo basta con reencontrarte con lo que más amaste y este es uno de los momentos más conmemorables de la vida.

Ahí estaba sujetando el dedo índice de una alfa que lo guiaba, ella le indicaba algo y él parecía querer salir corriendo aunque sus pequeños pies no se lo permitieran.

—¡¿Mami?! —Jaesung gritó emocionado con pucheros en sus labios.

Jimin se quedó sin voz, arrodillado ante la imagen que tenía en frente, el pequeño caminó y sonrió en grande demostrando su casi completa dentadura, sus mejillas seguían redondas y rojizas.

—Estás aquí... —Jimin susurró en un hilo de voz. No podía creer que sus ojos lo vieran—. ¿Jaesung? —pregunta incrédulo. Su corazón no podía más.

Su cachorrito traía un pequeño gorrito y por las esquinas se notaban sus dorados cabellos.

Con una manita dentro de su boca llegó hasta estar frente a él. Jimin se sentía en las nubes, su bebé se acercó intentando limpiar el dolor hecho agua, dando pequeños golpes cariños en su mejilla para intentar tranquilizarlo.

—Mami —repetía preocupado por su llanto.

—Mi bebé... —Jimin sollozó, sus lágrimas no dejaban de fluir aún sin creer nada.

Abrió sus brazos expulsando una gran bocanada de aire, palpando el pequeño cuerpo de su cachorro. Jaesung estaba en sus brazos, su pequeño bebé estaba con vida y en sus brazos —¿Pero cómo...?

Lo sujetó abrazándolo fuerte, manchando su ropa con el llanto que se volvió incontrolable.

Se permitió besar todo el rostro de Jae, su Jae.

Lo cargó y el pequeño inmediatamente buscó refugio en su cuello, hallando calma en el olor de su mami —Te tengo, bebé, estás aquí. Por Saturno esto no puede ser posible.

Jimin giró con el cachorro en brazos, viendo cómo Jungkook llegaba a pasos rápidos con su rostro sonriente.

Hoseok se encontraba recargando su cabeza en el hombro de Yoongi mientras este lo sujetaba de la cintura.

Yongsun y Jin caminaban en dirección a donde ellos se encontraban, para estos momentos ya estaban llorando.

Todos con las flores en mano para darle la bienvenida al pequeño.

—Estás aquí —el omega lo mecía suavemente de un lado a otro. Jimin lo abrazó como si en ese mismo momento se le fuera a irse la vida de las manos—. Te amo tanto, yo nunca te dejé de amar. Jae... —lo besó tanto como quiso, no dejaba de llorar y su pequeño se aferró a su ropa dejando salir sus lágrimas con un gran puchero.

Hundió su rostro recargándose en el cuello del cachorro, inhaló para dejar entrar el olor a sus pulmones, olor por el cual lloró muchas veces hasta quedarse dormido creyendo que nunca más lo percibiría de nuevo. El café volvió para nunca irse. Ese leve aroma que le hizo llorar por tanto tiempo.

Lo mecía de un lado a otro, no dejando de abrazarlo con el miedo de que todo fuera una ilusión y se le escapara de sus manos —Mi bebé hermoso, estás aquí amor —solloza.

Aún no salía del estado de shock en que se encontraba, el pequeño daba palmadas en su espalda mientras la otra seguía en su boquita. No dejaba de repetir "mami" acurrucado junto a su cuello, intentaba consolarlo.

—Aquí está mami, bebé.

"Cachorro, cachorro, nuestro cachorro Jimin" su omega aulló tan fuerte que quizá hasta la misma luna lo escuchó.

Jungkook se acercó hasta ellos con las ganas de abrazarlos, pero con el temor de asustar o perturbar al pequeño en sus brazos.

La presencia y la cercanía del alfa calmó el ansia que parecía congelarle la sangre, dejó que el olor a tierra mojada y lluvia lo inundaran tranquilizándolo.

Jungkook dirigió su vista al pequeño que cargaba en brazos acomodando su gorrito que se movió descubriendo su cabecita.

Jimin besó su frente, llorando por el recuerdo del deseo de aquel último beso que siempre quiso darle.

—Mi pequeño —otro beso más—. Te amo tanto cariño. Te amo.

El alfa notó este brillo que nunca antes vio en su omega, su alfa quiso salir e ir a juguetear por la alegría que Jimin tenía.

—Alfa, es mi cachorro, mira, ¿lo ves? En realidad está aquí —Jimin se dirigió a Jungkook con una plena sonrisa, una completa sonrisa hablando con tal emoción que parecía que explotaría de tanta alegría. Al fin pudo apreciar la verdadera felicidad de su omega.

—Lo veo cariño, está aquí y es muy lindo, es idéntico a ti.

Jungkook se quedó viendo al cachorro y este recostó su rostro en el pecho de Jimin, viéndolo para regalarle una pequeña sonrisa.

El alfa intentó acercarse, pero Jaesung de inmediato se enderezó en los brazos de su mami, transformando su rostro con una expresión tiernamente enojada.

—¡NO MAMI! —emitió un leve gruñido en un claro intento de defender a Jimin pensando que el alfa podría hacerle daño.

—No amor, Jungkook es bueno, él es bueno —Jimin lo envolvió en su aroma y lloró porque se imaginó que nunca podría usar su olor para calmar a su bebé.

¡Estaba envolviendo a su cachorro con su aroma!

Jaesung al sentir la calma de su madre, observó con detenimiento al alfa.

—Hola, cachorro —saluda el alfa mostrando sus líneas al lado de sus ojos, Jae vio a su mami y luego a Jungkook levantando su manita para saludarlo.

—Jungkook no lo creo, parece un sueño —Jimin no podía dejar de llorar.

—Tranquilo amor, toma tu tiempo, ¿sí? —le acaricia la espalda.

Jin y Yongsun llegaron junto a ellos acompañados de Yoongi, Hoseok y la mujer que estaba con su Jae.

—Jimin amor, aún estamos algo sorprendidos, pero tan felices por ti —Jin hizo gestos chistosos al pequeño que soltó una leve una carcajada—. Te trajimos flores Jae, es un placer conocerte —el omega castaño habla con llanto de emoción.

El pequeño se sonrojó y de nuevo volvió a su escondite en el cuello de su mami.

—Gracias Jin, por todo, muchas gracias. No puedo creer que esto esté pasando —Jimin sujetó a su cachorro de forma protectora, su llanto no cesaba.

—Yo lo siento Jimin, por favor no te enojes conmigo, pero entendería si ya no quisieras verme de nuevo —la voz de Hoseok se escucha y su olor se volvía triste.

—¿Pero qué dices Hoseok? Esto es gracias a ti hermano, no pidas perdón, al contrario, yo estaré en deuda contigo, gracias —el omega se acerca en medio del llanto para abrazarlo y disipar todo rastro de duda en su amigo.

Al separarse, Hoseok sonrió agradecido —Ella es Solji, mi madre —la alfa sonríe y saluda a todos—. Ella cuidó de Jaesung todo este tiempo, al rato te explicaré todo, ahora es hora de recuperar tus momentos Jimin —pidió con emoción.

—Gracias Hobi, yo no sé cómo agradecerle señora Jung, yo... aún no asimilo todo esto y espero que la vida me dé la oportunidad de recompensarle, estaré en deuda con usted por siempre, me trajo la vida de vuelta —Jimin tomó su mano y dio un leve apretón demostrando su agradecimiento.

—No te preocupes Jimin, para mí fue un placer, solo dime Solji y si te soy sincera este pequeño me hará mucha falta —habló viendo directo a Jae—. Es un cachorro muy lindo, y es un placer al fin conocerte —Solji se acercó a Jimin acariciando al bebé que ya se encontraba dormido en los brazos de su madre.

—No te preocupes Solji, tú y Hoseok vendrán junto a mí, ya no será necesario que se escondan, yo mismo los protegeré —Yoongi habló con seguridad viendo al omega de ojos color café.

—Gracias, muchacho, eres muy amable —ella agradece con una pequeña reverencia.

—Bien, será mejor que nos marchemos, el clima está muy frío y no deseo que se enfermen —Jungkook pidió dirigiéndose a los tres omegas.

Al retomar el camino pasaron por el pequeño montículo donde estaban sembradas las flores silvestres.

—¿Jimin? —Solji llamó, se puso en cuclillas para cortar las flores.

—¿Sí? —gira prestándole atención.

—Las sembramos para ti —la alfa se inclinó señalando el pequeño sembradío mientras arrancaba las flores—. El cachorro y yo salíamos para cuidarlas cuando podíamos.

El omega apretó con cariño a su lindo bebé en brazos y sollozó.

—Siempre le decía que un día vendrías y que te las daríamos cuando te encontráramos, y además... —mencionó sacando un libro viejo de uno de sus bolsillos extendiéndolo a Jungkook para que él lo llevara—, le recordaba a tu olor, sufrió cada noche llamándote. Nunca hizo un berrinche como tal, solo lloraba sin dejar de llamarte. Un día salimos y él siempre lloraba apuntando a una biblioteca cuando íbamos a revisar su golpe, soy doctora, pero no tengo los medios para atenderlo, desde que entró a ese lugar se calmó.

—Mi pobre bebé, nunca me cansaré de agradecerte Solji —Jimin besó la cabeza de Jaesung.

Jungkook extendió la mano tomando el libro.

La alfa sonríe con nostalgia —Lo usaba de almohada para dormir, era como su lugar seguro, desde ese día siempre repetía: "¡Ami! ¡Ami!" Y se aferró a ese libro como si de su vida dependiera de eso —Solji suspira con tristeza—. Se abrazaba a él cuando lo tenía y ahí entendí que ese era tu olor. En todo este tiempo jamás pudo dormir si no lo tenía en sus brazos.

Jimin lloró de nuevo, no dejaba de abrazar a su pequeño, sintió una furia creciendo dentro de él, por la culpa del maldito de Dongwoo, su pequeño sufrió tanto. Se juró así mismo, nunca más permitir que algo les hiciera daño.

Todos caminaban rodeando al omega con el cachorro en brazos, parecía tan irreal que se preguntaron que si todos estaban en el mismo sueño.

Llegaron a los autos, Jimin se sentó acomodando al pequeño en sus brazos, Jungkook se posicionó detrás de él para que este se recargara en su pecho.

El libro y las flores estaban guardados en un lugar donde no se maltrataran.

—Esto no puede ser real, yo aún no lo creo —Jimin admiraba el rostro de su bebé recostado en su pecho, pasaba su dedo índice por su regordeta mejilla.

—Es real cariño, ¿lo ves? Está en tus brazos —Jungkook besó el cabello de Jimin dejando salir su aroma para tranquilizarlo.

Jimin se terminó de recostar en el pecho del alfa, aspirando su calmante olor.

—El día del incidente con los cuadros, ¿recuerdas que te contaría qué fue lo que vi? —el ojiverde habló bajo.

—Es verdad, no terminaste de decirme —Jungkook sostenía los brazos de Jimin que tenían bien sujetado a su cachorro.

—Fue a un niño con la cara enterrada en unos libros, yo solo imaginé que bueno... era Jae, yo sentí algo por esa pintura y no sé, fue todo extraño.

—Entiendo amor, no te preocupes, ahora todo es claro, las rosas, los libros y el incidente en el rescate, simplemente fue demasiado, pero ahora estamos bien.

—Estamos bien —repitió, cerrando sus ojos feliz y consternado.

—Jungkook, ¿cierto? —Solji pregunta carraspeando.

—Así es, muchas gracias por cuidar del cachorro todo este tiempo —Jungkook se dirige a ella con respeto.

—No te preocupes, ¿tú eres pintor? —inquiere con el ceño fruncido.

—Sí, en realidad soy policía, pero en mis ratos libres pinto para distraerme.

—Te recuerdo, eres tú el que estaba el otro día en lo solitario del campo —Jungkook frunce el ceño, algo hace clic.

—Espera, ¿fue a Jae a quien pinté? —pregunta sorprendido recordando aquel día a la perfección, según él era una alfa y su cachorro, el pequeño estaba recostado en el pasto con la cabecita enterrada en un libro, se le hizo tan tierna la escena que no dudó en pintarla.

—Eso parece, mira qué pequeño es el mundo, pero he aprendido que cuando todo está destinado a ser, el universo hace cosas inimaginables para cumplir con su cometido.

Jungkook y Jimin se vieron las caras sonriendo el uno con el otro.

—Esto es malditamente bello —dijo Yongsun con la vista en el camino mientras conducía.

—Maldición alfa, no digas groserías, ahora hay dos bebés que debemos de cuidar para que no te escuchen decir esas palabrotas —reprendió Jin mientras venía con el ceño fruncido mientras aplicaba agua con un gotero a uno de los cactus que tenía en el auto de la alfa.

—Pero sí tú... Olvídalo amor —sonrió enternecida al apreciar de lado la bella imagen de su omega en un intento de concentración con la punta de su lengua afuera para no cometer errores.

Cuando el castaño terminó, dejó la maceta en su lugar —Yo invito pastel de chocolate, pero no son iguales a los que Jimin hace. ¡Noooo! Mejor vayamos a tomar un café y unas empanadas con manjar o un pie de limón o una tarta de arándanos. No, ¿saben qué? Mejor una hamburguesa con mucho queso y papitas y pastel de chocolate y un poco de agua para equilibrar todo lo que comeremos —mencionó salivando, tratando de elegir algo.

—Podríamos comprar algo de comida y compartirla en casa, creo que Jimin y todos merecemos un poco de tranquilidad y procesar todo lo que ha pasado —Jungkook sugiere al notar la incomodidad de su omega por salir tanto tiempo.

—Bien, pero mientras vamos por la comida necesito ir de compras para algunas cosas para Jae —Jin ordenó haciendo una llamada a Yoongi para dividirse los asuntos.

Ellos irían por la comida y Jin junto a Yongsun comprarían ropa, utensilios de limpieza y demás cosas necesarias para el bebé.

Jimin no se percató de lo que sucedía a su alrededor, se perdió en el rostro de su bebé, en su boca rosada entreabierta, en su mejilla con tintes de carmín porque así era por naturaleza. Besó su frente y volvió a ponerle el gorro. Jimin volvió de sus pensamientos hasta que vio a su amigo con algunas bolsas en brazos mientras la alfa venía con una carriola llena de cositas para bebé. Detrás de ellos, trabajadores montaban otras cajas en un auto mientras la alfa daba algunas indicaciones al conductor.

Yoongi y Hoseok venían con bolsas de comida, reían de algo que contaba el alfa y el omega lo miraba con tal admiración. Subieron al auto junto de Yoongi cuando Jin y Yongsun aparecieron para marcharse a casa.

Jimin seguía con Jaesung dormido en brazos, su corazón martillando en su pecho, se perdió tanto dentro de sí, pensando lo que su pequeño sufrió sin él todo este tiempo.

Lo veía bien, seguía siendo un bebé regordete.

Según lo que escuchó de Solji, al principio no comía y enfermó un poco, pero se recuperó con algunos cuidados y gracias al libro que usaba como osito de peluche todas las noches.

Tenía una mezcla de sentimientos, no asimilaba que lo tenía en brazos, es decir, lloró tanto tiempo porque creyó que su pequeño había muerto.

Jungkook no lo soltó durante todo el trayecto, sin sentir la noción del tiempo aparcaban en la casa de Yongsun.

Bajaron del auto para dirigirse hacia adentro, Yongsun abrió la puerta y todos veían a Jimin que se quedó parado frente a la puerta sin poder entrar.

Sus ojos estaban rojos, se podía notar que estaba aguantando el llanto.

Parpadeó para dejar fluir los mares de sentimientos no comprendidos, Jungkook aún lo sostenía y todos se acercaron a darle un abrazo, el sentir era consternante para ellos, no se imaginaban qué sentía Jimin.

Solji se acercó a querer ayudarlo con Jaesung, pero Jimin apretó su agarre meneando la cabeza de un lado a otro —No, yo, no...

—No te preocupes, todo está bien —Solji sonrió reconfortante.

—Jimin, tranquilo amor, todo está bien —el alfa frotaba su espalda.

—Kook... —llamó en susurros. Jungkook le habló al oído intentando calmarlo, Jimin se dio la vuelta buscando refugio en el pecho del alfa.

—Ven amor, ya todo está bien.

Jungkook con sumo cuidado y sin problema alguno lo levantó cargándolo para llevarlo adentro.

—Lo va a superar, claro que sí, yo lo ayudaré chicos, esto es muy fuerte, pero mi bebé es un guerrero, además vamos a llamar a alguien más para que nos apoye si es necesario. También cuentan con nosotros Hoseok y Solji, todos han vivido un trauma. —Jin se abrazó de su alfa hablando.

—Qué linda casa tienes Jin, yo solo quiero decir gracias por ayudar tanto a Jimin —Hoseok comentó mientras Yoongi apretujaba su mano para apoyarlo.

El omega castaño muy emocionado tomó la mano de Hoseok y lo llevó hacia adentro para enseñarle su casa.

—Gracias Hoseok, ven que te mostraré mis plantas son muy lindas, es muy lindo mi jardín. Yongsun dice que tengo muchas flores, pero yo creo que nunca son suficientes —se burló de su propio comentario.

Solji y Yoongi llevaron la comida dentro mientras Yongsun se quedó esperando la entrega de lo que compraron para Jaesung.

Jin pidió una cuna, ropa, zapatos, cobijas y todo lo que un bebé puede necesitar.

—Yoongi, gracias por cuidar de mi cachorro —Solji, sonrió al lindo y tierno alfa que tenía la mirada puesta en la expresión de asombro de Hoseok mientras Jin le mostraba las plantas que había dentro de su casa.

—Es muy valiente, Hoseok es muy lindo —respondió con toque carmín en sus mejillas.

—Lo sé, al parecer él te agrada y tú le agradas, me da tranquilidad verlo bien al fin. No tienes idea de lo feliz que fui cuando fueron a buscarme, la verdad pensé que ya nunca lo volvería a ver, no pude hacer nada cuando se escapó para que Dongwoo ya no me molestara —con toque de tristeza, comentó.

—No te preocupes Solji, Jimin y todos nosotros, estaremos eternamente agradecidos contigo y con Hoseok, ha sido demasiado y pido perdón por esto, pero me encantaría poder hablar sobre Dongwoo.

—Claro, cuando quieras.

Cuando todos estaban dentro de la casa, Yongsun y Solji prepararon la mesa.

Yoongi nuevamente ofreció a Solji y a Hoseok a tenerlos en casa, argumentando que siempre sería por la seguridad de ambos.

Jimin se encontraba en los brazos de su alfa, aún aferrado a su pequeño en brazos.

—Cariño, ¿puedes hablarme? —Jungkook preocupado, le acarició el brazo.

—Él está aquí Kook, está aquí junto a mí —Jimin no quitaba su vista de su cachorro.

—Así es cariño, está con nosotros —Jungkook pasó su dedo índice por la mejilla del pequeño viendo sus labios entreabiertos, su lobo sintió un apego con ese pequeño.

—¿Quieres que te ayude a sostenerlo un poco? Podrías comer algo, recuerda que debes alimentarte bien Jimin.

—Eres muy amable Jungkook, pero no lo quiero soltar, siento que se irá de las manos.

—Bien cariño, pero dime si necesitas algo, creo que traeré comida y te alimentaré.

—Gracias, alfa.

—¿Te molesta si voy a la cocina a decirles que vengan a comer aquí?

—Claro que no.

El alfa se puso de pie besando la frente del omega y arreglando el gorrito del pequeño.

Jaesung se removió en sus brazos dando un tierno bostezo para abrir sus ojitos verdes y sonreír de inmediato cuando vio el rostro de Jimin.

—Mami —habla emocionado.

—Hola, Jae, lo siento amor, lo siento tanto —Jimin lloró de nuevo con el pequeño recostado en su pecho.

Jaesung introdujo su dedo índice dentro de su boca viendo a su mami llorar, hizo un amago de puchero al ver a Jimin en ese estado.

Se acercó a su rostro dejando un besito en su mejilla y luego limpió sus lágrimas, su bebé era tan lindo.

Su omega se acomodó dentro de su pecho, haciendo un tipo de ronroneo demostrado su felicidad.

Jimin tomó la manita de su bebé, besando cada uno de sus deditos, sonriendo con las pequeñas sonrisas que el bebé le daba.

—Te extrañé mucho, amor.

Jaesung se dejó ir rodeando el cuello de su mami con sus pequeños brazos.

Jungkook junto a todos los demás apreciaban la tierna escena que ni en sueños creyeron ver, Jimin sonreía plenamente empapándose con el olor de su bebé, definitivamente esto fue lo mejor que la vida le pudo dar.

—Te amo tanto mi pequeño —el omega no se cansaba de repetir.

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